Cada día, a las doce de la mañana, el dulce tañido de la coqueta campana de nuestra capilla, llama a la oración ante María y nos recuerda la importancia de la oración incesante como camino de escuela de vida cristiana, por donde transita nuestra devoción rociera.

Esta sonora invitación eleva al cielo la sublime plegaria del Ángelus para saludar a María y recordar las escenas más significativas de su vida: la Anunciación y el misterio de la Encarnación.
El Ángelus, devoción de origen franciscano, toma palabras del mismo Evangelio y hace una síntesis admirable de los hechos, de las personas que intervienen y de la misión de cada una de ellas. En su extremada brevedad, ofrece materia suficiente para la meditación diaria del creyente.

Desde nuestra Hermandad, deseamos recuperar y fomentar esta piadosa costumbre de oración a María…

Nuestros mayores conservan fielmente esta preciosa práctica, que hoy, por desgracia, se ha descuidado. Tradicionalmente, al escuchar la llamada del Ángelus, se hacía una pausa en el campo, en el trabajo… para saludar a María y después, se reanudaba la jornada laboral. Desde nuestra Hermandad, deseamos recuperar y fomentar esta piadosa costumbre de oración a María, como respuesta cristiana ante la difícil situación sanitaria que estamos padeciendo actualmente.

   

 

En el calendario litúrgico, desde el tiempo Pascual hasta la fiesta de Pentecostés, el rezo del Ángelus es sustituido por el “Regina Coeli”. Otra preciosa plegaria mariana que nos pide alegrarnos y felicitar a María porque su Hijo ha resucitado.

La misión de la Virgen siempre ha sido mostrarnos a su Hijo e invitarnos a seguir sus mandamientos. Podemos decir que María nos lleva a Cristo por el camino de sus palabras, tal como nos indica en el mensaje que representamos en la portada principal de nuestra capilla:
“Haced lo que Él os diga”