Cartel «UN CAMINO DE ESPERANZA»
Autor: Chema Riquelme · 142 x 105 cm · Técnica mixta sobre lienzo (acrílico, óleo, pasteles grasos, aerografía, spray…)

En esta obra, Chema Riquelme reúne un potente conjunto de símbolos religiosos y culturales que dialogan entre sí para transmitir un mensaje de fe, gratitud y continuidad en el camino espiritual.

En el centro, una figura femenina encarna a la Iglesia, representada como una mujer serena, satisfecha por el trabajo cumplido durante el Año Jubilar. Su vestimenta reproduce la bandera asuncionista de la hermandad, en alusión al 75.º aniversario del Dogma. El atuendo combina el bordado asuncionista con dos paños en amarillo y verde, colores que evocan al Vaticano y, al mismo tiempo, a la vitalidad y la esperanza.

La figura abraza un ancla, símbolo universal de la esperanza y emblema de Huelva como ciudad marinera. Sobre el ancla reposa una paloma blanca, en alusión a la Virgen del Rocío y al Espíritu Santo. Una cinta azul y blanca, propia de los peregrinos de la Hermandad del Rocío de Huelva, rodea el ancla, uniendo los elementos marianos y rocieros.

A sus pies crece un lirio, flor que en la tradición cristiana representa la pureza, la renovación espiritual y la resurrección. La figura sostiene además el Simpecado de la Hermandad del Rocío de Huelva, junto a diversos zapatos de peregrinos, algunos gastados y rotos: símbolo de que cada camino es único, y las experiencias de fe, distintas para cada persona. Como decía el papa Francisco, la Iglesia se pone en camino con oración, caridad y vocación de servicio, saliendo al encuentro del prójimo en un Camino de Esperanza por los barrios de la ciudad.

En un gesto de homenaje, en la parte inferior se incluye la tiara papal, en referencia al papa Francisco y a su mensaje pastoral. Todo se sitúa sobre un cabezo de la ciudad de Huelva, anclando la composición en su geografía y su tradición.

En el plano medio izquierdo aparece la carroza de la Hermandad, y en lo alto, a la derecha, el Santuario de la Virgen de la Cinta, patrona de Huelva, en representación de todas las iglesias que visitará la Hermandad durante este periodo.

El color morado, presente en el fondo, simboliza la penitencia, el recogimiento y la preparación espiritual; mientras que el celeste evoca la pureza de la Virgen María, la paz celestial y la protección maternal.

Desde estas líneas, nuestra enhorabuena al artista por una obra que, sin duda, viene a engrandecer el ya extenso patrimonio pictórico de nuestra corporación.